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Nueva zelanda apoya a los fumadores adultos en su transición a alternativas menos dañinas

Colombia (Enero 11 del 2019)

  • Varios países empiezan a considerar la reducción del daño como una estrategia complementaria de salud pública
  • Nueva Zelanda revisará su regulación con la meta de ser un país libre de humo en 2025

Una nueva regulación antitabaco que reconoce el potencial de los productos sin humo y de riesgo reducido es el nuevo frente que Nueva Zelanda propone en la lucha contra el cigarrillo, una tendencia que también hace carrera en países como Reino Unido, EEUU e Italia.

La propuesta busca que los fumadores adultos tengan fundamentalmente: acceso a productos de vapeo (vaping) y productos de tabaco sin humo, así como un mayor conocimiento de estas alternativas como opción para dejar el cigarrillo.

El documento del Ministerio de Salud de Nueva Zelanda es el primer acercamiento de ese país a la estrategia de reducción del daño en tabaquismo y que constituye un complemento en el enfoque de la lucha contra el cigarrillo.

Según la oficina de la ministra Jeny Salesa “existe un consenso científico que dice que vapear es significativamente menos dañino que fumar… el alquitrán y las toxinas en el humo del tabaco, en vez de la nicotina, son los responsables de la mayoría del daño asociado al uso del tabaco. Los vapeadores y los productos de tabaco sin humo no combustionan y son, por lo tanto, mucho menos dañinos que fumar”.

Por otra parte, esta nueva regulación abriría una puerta en este mercado a productos que ya se comercializan en otros países de Europa, Asia y Latinoamérica y que están siendo adoptados como una alternativa y un cambio positivo, en comparación con el cigarrillo, para seguir consumiendo nicotina.

Algunos de estos productos como los que calientan tabaco (Heat not Burn) y otros como los vaporizadores electrónicos (E-cigarettes) han dado mucho de que hablar al convertirse en alternativas muy populares, pues no emiten humo, principal causante de enfermedades asociadas al tabaquismo.

Según estudios recientes, la exposición a compuestos tóxicos en los productos de tabaco calentado y productos de vapeo es entre un 90 a un 95% menor que la exposición por cigarrillos convencionales.

El plan de Nueva Zelanda ahora es desarrollar la regulación necesaria y los requisitos de seguridad para estos nuevos productos de reducción del daño, así como una campaña de información pública que dé a conocer su potencial y rol en el cumplimiento de los objetivos de salud pública.

Entidades médicas descartan que el vapeo induzca a fumar

En 2018 dos importantes entidades de investigación médica se ocuparon de estudiar si los productos de vapeo estaban induciendo a fumar.

La Academia de Ciencias en Estados Unidos y el Public Health England consideraron que no había evidencia concluyente de que hubiera alguna relación.

El año pasado, la British Medical Association (BMA) declaró que los datos actuales sobre los hábitos de vapeo y el hábito de fumar no permitían concluir que el uso de estos dispositivos se constituyera en una puerta de entrada al tabaquismo[1]. En cambio, señaló que ha habido una disminución del consumo de cigarrillo durante el mismo período en que los productos de vapeo se han hecho más accesibles en el mercado.

Este es el caso en Nueva Zelanda, Reino Unido y Estados Unidos, donde de todos modos se aplican medidas como la prohibición de la venta a menores de edad o regulaciones respectivas a la publicidad.

En el mundo hay 1.100 millones de fumadores y unos 127 millones en la región de las Américas[2], la OMS estima que cada año las enfermedades asociadas al tabaquismo cobran la vida de seis millones de personas[3].

Desde 2014, los productos de tabaco calentado se comercializan en más de 40 países del mundo, entre ellos: Canadá, Japón, Portugal, Rumania, Rusia, Suráfrica, España, Reino Unido, Alemania, Italia e Israel. En Latinoamérica, se encuentran en Colombia desde el 2017, así como en Guatemala, Republica Dominicana y Curazao.

Fuente: Central de Noticias AndeanWire

Source: AndeanWire