Nuevos datos de McKinsey, Harvard Business Review y el Foro Económico Mundial revelan que mientras la adopción de la IA se duplica, la empatía y el propósito se convirtieron en los activos más críticos para la supervivencia empresarial en 2025. Es importante que los líderes actuales y emergentes no solo se adapten al cambio, sino que también guíen a sus equipos hacia metas significativas
Mientras la adopción de la Inteligencia Artificial Generativa se ha disparado, pasando del 33% al 65% en menos de un año según el último reporte global de McKinsey & Company, las organizaciones enfrentan una paradoja inquietante: la tecnología está lista para escalar, pero el liderazgo humano, encargado de dirigirla, muestra signos de agotamiento y desconexión.
¿Cómo deben evolucionar los líderes para no solo gestionar, sino inspirar? La respuesta, respaldada por nueva evidencia científica, se dirige hacia el Liderazgo Positivo.
“Ante el avance exponencial de la inteligencia artificial y los profundos cambios sociales, los líderes deben evolucionar su “sistema operativo” interno. Ya no basta con ser estrategas brillantes; hoy se requiere desarrollar otras capacidades de resiliencia a través de la conexión entre colaboradores”, explica Alejandra Preciado, Directora de Programas Académicos del Instituto del Propósito y del Bienestar Integral (IPBI) de Tecmilenio.
Al analizar los datos de Harvard Business Review (HBR) en su estudio Ready for Anything, revela que aunque el 78% de los líderes senior reconocen que la empatía es vital para el éxito del negocio, solo el 47% de ellos ha logrado integrar efectivamente en la cultura de sus empresas.
El Foro Económico Mundial (WEF), proyecta que el 44% de las habilidades centrales de los trabajadores cambiarán en los próximos cinco años. Sin embargo, lo más revelador no es la obsolescencia técnica, sino las competencias que están emergiendo como críticas. Junto a la alfabetización en IA, el WEF sitúa a la “Resiliencia, Flexibilidad y Agilidad” y al “Liderazgo e Influencia Social” en la cúspide de la demanda global.
Alejandra Preciado profundiza en este punto crucial: “El liderazgo positivo es la capacidad de gestionar la energía de los equipos en tiempos de desgaste. Competencias como la empatía, el propósito y la resiliencia permiten a los líderes generar un bienestar que se traduce directamente en compromiso. Si un líder no puede conectar el trabajo diario con un propósito trascendente, difícilmente podrá retener al talento joven que busca, ante todo, significado en su labor”, afirma.
Por otro lado, datos de McKinsey demuestran que el éxito en la era de la IA es profundamente humano. Las organizaciones clasificadas como “de alto rendimiento” siguen la regla 10-20-70: dedican el 10% de su esfuerzo a algoritmos, el 20% a tecnología y datos, y un masivo 70% a la transformación de las personas, la cultura y la gestión del cambio.
Guía para el Líder: Estrategias para Inspirar
Para los líderes que buscan adoptar el modelo de liderazgo positivo, es esencial implementar estrategias como cultivar un clima positivo. La evidencia demuestra que celebrar el aprendizaje a partir de los errores y fomentar la gratitud institucional son prácticas clave que aumentan la resiliencia del equipo.
“La formación de líderes positivos contribuye a culturas organizacionales sostenibles, innovadoras y centradas en las personas. No solo es mejorar el ambiente laboral, sino de construir organizaciones capaces de regenerarse a sí mismas ante las crisis. Un líder que inspira desde el bienestar está sembrando la viabilidad futura de su empresa”, concluye Alejandra Preciado.

