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Así está hoy la carga de vehículos eléctricos en Colombia y por qué instalar un cargador en casa puede marcar la diferencia

COLOMBIA (Diciembre 17 de 2025)        La movilidad eléctrica en Colombia crece con fuerza, pero uno de los principales retos sigue siendo la infraestructura eléctrica del país para la recarga de estos vehículos. Para agosto de 2025, el país reportaba 143 estaciones de carga registradas, concentradas principalmente en Bogotá, Antioquia y Valle del Cauca.

Este número, aunque representa un avance respecto a años anteriores, aún resulta modesto si se considera la rápida proliferación de vehículos eléctricos, que en lo corrido del 2025 creció un 129,8%, según cifras de la Asociación Nacional de Movilidad Sostenible – Andemos.

Por eso, ante este panorama, surgen alternativas como la unificación de los cargadores o la instalación de puntos de carga en los hogares, que podrían aliviar esta problemática y permitir una transición mucho más rápida y eficiente.

¿Qué opciones de carga existen?

Para los usuarios que tienen su vivienda propia o estacionamiento privado, la alternativa más práctica hoy es el uso de cargadores domésticos. Estos equipos, diseñados para uso residencial o en edificaciones, permiten recargar un vehículo durante la noche con relativa comodidad.

En general, los cargadores de “nivel 2” (corriente alterna a 220 V/240 V) son los más recomendados para este fin, pues ofrecen una carga más rápida y estable que un enchufe convencional.

Por otro lado, las estaciones públicas con cargadores rápidos de corriente continua (DC) o semi-rápidos son ideales para rutas largas o desplazamientos interurbanos. Sin embargo, estos puntos aún son pocos, están concentrados en ciertos corredores de alta demanda y su potencia depende del modelo del vehículo.

Invertir en un cargador en casa: lo que debe saber

Según Juan Diego Galindo, Gerente General de Autocom, “instalar un punto de carga para vehículos eléctricos en casa se ha convertido en una necesidad para muchos propietarios en Colombia, especialmente ante la limitada infraestructura pública disponible”.

Aunque el proceso parece sencillo, agrega Galindo, “requiere cumplir con varios criterios técnicos y normativos. Lo primero es contar con un espacio de parqueo privado, ya sea un garaje o un estacionamiento exclusivo en propiedad horizontal, y, en caso de vivir en un edificio, obtener la autorización formal de la administración”.

A partir de allí, el aspecto más importante es la adecuación de la red eléctrica. Los cargadores residenciales de nivel 2, que son los más recomendados, funcionan con líneas de 220 o 240 voltios y necesitan un “breaker” exclusivo, además de un cableado de calibre adecuado. Si el hogar solo opera con 110 voltios, probablemente se requerirá una ampliación de carga o mejoras en el tablero eléctrico, procesos que deben ser evaluados previamente.

Otro factor clave es que la instalación debe ser ejecutada por un técnico o ingeniero certificado bajo RETIE, que además emita el acta de conformidad y asegure que la puesta a tierra esté en perfecto estado. Estas garantías no solo son obligatorias, sino que protegen al usuario ante fallas eléctricas y son exigidas por aseguradoras y fabricantes de vehículos.

Asimismo, los puntos de carga deben contar con protección eléctrica completa: interruptores diferenciales tipo A o tipo B, protecciones contra sobrecorriente y sobretensiones, y un sistema de puesta a tierra certificado. Además de la infraestructura técnica, el usuario debe elegir un cargador compatible con su vehículo. En Colombia predominan dos estándares: Tipo 1 (SAE J1772), utilizado en marcas japonesas y estadounidenses, y Tipo 2 (Mennekes), más común en vehículos europeos y en nuevas marcas chinas.

Aunque implica una inversión inicial, contar con un punto de carga doméstico ofrece autonomía diaria, evita depender de la disponibilidad de estaciones públicas y garantiza que el vehículo esté siempre listo para su uso.

Para muchos usuarios de movilidad eléctrica en Colombia, este paso no es solo una comodidad, es el factor que determina si su vehículo puede operar eficientemente en un país donde la cobertura de carga pública aún tiene grandes retos por resolver.

Fuente: Central de Noticias AndeanWire